Una introducción al coaching empresarial y ejecutivo
Un proceso de coaching empresarial o ejecutivo es una herramienta clave para el crecimiento tanto personal como empresarial. Nos ayuda a alcanzar nuestras metas personales y profesionales, a generar alternativas e incorporar nuevas acciones y puntos de vista que exploramos gracias al entrenamiento en habilidades y competencias que se realizan en un proceso de coaching.
Un coach o una coach empresarial o ejecutivo te ayudará a conocerte mejor. Te retará y te hará pensar en otros planteamientos diferentes a lo preestablecido en tus propios esquemas mentales. Te facilitará otra mirada más amplia de la empresa, proporcionándote las herramientas necesarias para el aprendizaje y la mejora continua, marcar objetivos, diseñar estrategias y poner en marcha acciones que sirvan para garantizar tu liderazgo en la empresa. También te facilitará complementarte y apoyarte en otras personas que sean capaces de implementar esos cambios e implicar al resto del equipo en la consecución de objetivos.
Estos retos, necesarios siempre en cualquier empresa, se han vuelto ahora imprescindibles dado que vivimos en un entorno VUCA (Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo) a causa de la pandemia y de la crisis económica provocada por la COVID-19. Una situación que nos obliga a tomar decisiones rápidas y acertadas para adaptarnos a esta realidad cambiante, a la par que necesitamos tener líderes capaces de guiar y motivar a los equipos de trabajo en un momento en el que la desesperanza cunde en muchos ámbitos ante un futuro incierto.
¿Cómo puede mejorar mi empresa gracias al coaching empresarial?
Un proceso de coaching comienza con una parte intensa de reflexión e introspección sobre la propia empresa, pero también sobre el personal y todos los elementos que influyen en ella: proveedores, clientes, metodología de trabajo, productos y servicios, etc.
Es complicado tomar decisiones y poner en marcha estrategias si no conocemos en profundidad lo que sucede en la empresa. Una vez que hemos realizado este proceso de análisis, podemos pasar a la acción y al cambio que nos llevará a la transformación de la empresa desde su interior y de una forma meditada. Ese plan de acción será una hoja de ruta que nos ofrecerá una dirección durante los próximos meses.
Todos estos cambios se llevan a cabo en el marco de un proceso de coaching. En el día a día y dentro de las rutinas de cada empresa no suele haber espacios adecuados para reflexionar y analizar en profundidad sobre los cambios que la compañía necesita. De hecho, en la mayor parte de los casos las empresas toman decisiones como reacción a las circunstancias que van surgiendo, en lugar de plantear estrategias meditadas que nos lleven hacia el objetivo deseado aprovechando los recursos de los que disponemos. Se trata de parar, reflexionar y tomar acción en cada una de las sesiones para alcanzar nuestro mayor grado de capacidad para aplicar esos cambios.
Precisamente, con un proceso guiado y acompañado por una coach empresarial conseguiremos plantear estrategias y tomar decisiones que mejorarán el funcionamiento diario y la optimización de la empresa, dirigiendo los pasos desde donde estás en estos momentos, hacia el lugar al que quieres llegar.
Esta acción para el cambio que supone un proceso de coaching empresarial se diseña desde la serenidad y la consciencia de cómo influye nuestro comportamiento y nuestras acciones ejecutivas y proactivas hacia los objetivos deseados, ayudándonos en aspectos como:
Fortalezas y debilidades
Visibilizar y plasmar claramente las fortalezas y debilidades de la empresa de una forma meditada y pausada.
Visión estratégica
Implementar una visión estratégica de la situación para aprovechar oportunidades de mercado, estudiando nuevas líneas de negocio mientras se analizan oportunidades ocultas.
Eliminar o reconducir situaciones
Eliminar o reconducir situaciones y acciones que impiden progresar y avanzar tanto en el ámbito personal como empresarial mediante dinámicas de coaching, con las que se persigue revisar algunas cuestiones cotidianas de funcionamiento y comportamiento que nos alejan de nuestros objetivos.
Mejorar la motivación
Si queremos sortear obstáculos y alcanzar objetivos, es necesario tener alrededor personas motivadas. Y de ahí que en un proceso de coaching empresarial, la motivación propia y de los otros sea un aspecto fundamental, analizando los frenos y sentando las bases para una nueva situación basada en la motivación personal y grupal. Un punto en el que se suele trabajar también aspectos como la autoconfianza o la reducción del estrés emocional.
Reforzar el liderazgo
Un proceso de coaching empresarial nos lleva a mejorar las habilidades de líderes ya existentes, pero también a incorporar y mantener el talento hacia el futuro. Es importante reflexionar, analizar y acompañar en la toma de decisiones del gerente o los responsables de la empresa para trabajar su marcar personal y desarrollar sus habilidades personales y relacionales.
Mejora de los equipos
La clave son los equipos de trabajo, y un equipo funciona unido pero también es la suma de varias personas con sus fortalezas y sus debilidades. Es importante detectar las competencias que tiene cada persona para destinarla a las tareas que mejor se le dan. En este sentido, merece la pena estudiar los perfiles de comportamiento y roles con las habilidades de cada uno para redistribuir funciones y buscar al profesional adecuado para cada puesto de trabajo o cada actividad.
Mejorar la comunicación
Un aspecto muy interesante que suele surgir en casi todos los procesos de coaching empresarial es mejorar la comunicación, tanto a nivel interno y entre departamentos, como a nivel exterior de la visibilidad de la empresa. Una comunicación clara y fluida que sea capaz de ilusionar e implicar a los empleados, pero también de facilitar la convivencia, prevenir conflictos y mejorar el ambiente laboral de la empresa. De cara a la comunicación exterior, desde un proceso de coaching empresarial podemos trabajar y revisar la visibilidad de la empresa, teniendo en cuenta los canales de comunicación externa y poniendo en marcha medidas de proyección hacia el público objetivo a la par que se encuentran conexiones y lazos con clientes potenciales.
¿Cuál es la diferencia entre un proceso de coaching empresarial y ejecutivo?
Un proceso de coaching empresarial está más orientado a reflexionar sobre las áreas más importantes de la empresa: visibilidad, ventas, procesos de trabajo, equipos, etc. y poner en marcha un plan de acción que complemente aquellos puntos que se quieran reforzar. A veces se enlaza esta actividad con la de otros profesionales que trabajen sobre ello, por ejemplo, un plan de marketing, participar en un proceso mejora de EFQM, un plan financiero para el control y rentabilidad de la empresa, etc. O, simplemente, en el propio plan de acción se incorporan medidas que trabajan sobre ello.
Y un proceso de coaching ejecutivo está dirigido a entrenar las habilidades y competencias de una persona con responsabilidades en la empresa: CEO o propietarios, gerentes, directivos o mandos intermedios. Hablamos de soft skills o habilidades blandas, en torno al liderazgo, la comunicación, la gestión de los equipos, la productividad, la motivación, la escucha activa, la capacidad de influencia, etc.
¿Cómo conseguimos alcanzar estos objetivos de coaching empresarial y ejecutivo?
Mi trabajo como coach y mentora será acompañarte en este proceso de cambios y transformación. Puede ser de forma individual trabajando con gerentes, emprendedores o personas con responsabilidades en la empresa o de manera grupal o con uno o varios equipos de la empresa.
De los objetivos que se quieran conseguir dependerá que sea un proceso empresarial o ejecutivo, aunque siempre bajo la metodología y filosofía del coaching, es decir, provocaremos reflexión, acción, cambio y transformación, ayudándoos a poner el foco y conseguir los objetivos propuestos durante el periodo acordado.
Mediante un proceso de coaching empresarial o ejecutivo analizaremos la situación actual y trazaremos un plan de acción que nos permita ordenar y plasmar por escrito las prioridades, metas, acciones, y por supuesto, llevar a cabo un seguimiento permanente entre sesiones que te guíe para alcanzar tus objetivos empresariales o ejecutivos definidos al inicio del proceso.

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